domingo, 29 de junio de 2008

Recientemente, Luis Alberto de Cuenca, desde las páginas de un suplemento cultural, se deshacía en elogios hacia El Jardín Armado, el nuevo álbum de David B. y, para ello, hacía referencia a su obra La ascensión del gran mal. Sin intención de contradecir a uno de los reyes de la intertextualidad patria, y sin desmerecer el magno trabajo del ilustrador, el problema es que este nuevo título no es equivalente a esa magna obra. Aunque mantiene el estilo y trazo característico de David B, la narración resulta densa, farragosa, como si pensase que aumentar la complejidad, poner la pelota en el tejado del lector, le libera de la responsabilidad de haber tranzado un flojo guión.
Por tanto, aunque desde el punto de vista de la historia el libro no es arrebatador, en lo que se refiere a su calidad artística, El jardín armado es realmente soberbio gracias a su impresión a dos tintas, a sus trazos de pincel y a sus texturas de aguada o acuarela. En definitiva, un trabajo épico con infinidad de detalles, personajes, ornamentos, todos ellos realizados aparentemente a mano, sin apenas participación de los ordenadores, cosa poco frecuente en el mundo de la historieta actual.

El Jardín Armado y otras historias. David B.. Ed. Sinsentido. 112 páginas. Idioma: Español