miércoles, 2 de julio de 2008

“Un libro con muchas cosas y no muy grandes” reza en la contraportada de este libro y lo cierto es que no hay mejor frase para definir este nuevo trabajo de Trondheim que continúa en la senda de su álbum anterior, “La maldición del paraguas”. Un divertido volumen en el que el autor, o su trasunto en forma de pájaro, va desgranando escenas de su vida cotidiana que, a pesar de una aparente dispersión, acaban dando lugar a una narración con principio y final en la que Lewis Trondheim intenta superar ese Síndrome del prisionero a consecuencia del cual, aquel que pasa mucho tiempo recluido en casa e inactivo, cada vez tiene menos energía para afrontar cualquier actividad.
Una sucesión de pensamientos, situaciones cómicas, preocupaciones e incluso maldades y mezquinas venganzas del autor –muchas de las cuales son compartidas por el lector, lo que hace de estas historietas un material cercano–, ejecutadas con una magnífica técnica, un fantástico trazo y un precioso entintado realizado con acuarelas.
Un libro editado por Sin sentido con esa clase que caracteriza a la editorial y que, en este caso, se materializa en un buen papel, solapas interiores y una portada plastificada mate. Un magnífico envoltorio para un fantástico tebeo, que, no nos engañemos, es la verdadera palabra española para “novela gráfica”.

Las pequeñeces de Lewis Trondheim. El síndrome del prisionero. Lewis Trondheim. Sin sentido. 124 páginas. Idioma: Español