miércoles, 31 de julio de 2013


Aunque toda elección comporta un riesgo, decidir en tipografía no puede quedar al albur de la subjetividad sin más. Los 44 análisis tipograficos que presenta Max Caflish en este libro son el resultado de la experiencia, la investigación y el conocimiento desde Gutenberg hasta Slimbach. No se trata de opciones caprichosas basadas, como a veces ocurre en este tipo de estudios, en la intuición, sino que el lector encontrará en todos y cada uno de los capítulos en ocasiones una sutileza histórica, en otras una valoración estética, y siempre un analisis exhaustivo de aquellos caracteres que han conformado la columna vertebral de la historia de la tipografia desde la aparición de la imprenta. Estamos en realidad ante un recopilatorio de artículos escritos para revistas o libros a lo largo de la carrera de Caflisch, que para este libro han sido retocados o reescritos conformando un cuerpo homogéneo.
Desde el Renacimiento hasta la era de la impresión digital las exigencias de legibilidad para la letra impresa son las mismas. Las propiedades fisiológicas del ojo humano no han variado. Y si no se respetan las leyes de la legibilidad, el inconsciente del lector no habituado tipográficamente se defiende y su rechazo convierte la palabra impresa en molesta legibilidad y el consecuente abandono del placer de la lectura.
Max Caflisch, reconocido especialista entre la elite tipográfica internacional, ha investigado importantes escrituras tipográficas del pasado y las ha comparado con obras maestras del Renacimiento, del Barroco y del Neoclasicismo. Ha diseñado el tipo de adorno Columna, y entre sus publicaciones destacan Typographie braucht Schrift, F.H. Ernst Schneidler, Schriftentwerfer, Lehrer, Kalligraph y Schriftanalysen.


Analisis tipográficos. Max Caflisch
Ed. Campgràfic. 544 páginas. 28,50x22,80cm
Español

miércoles, 24 de julio de 2013


Quico Vidal nació en Palma de Mallorca. Vive en Madrid, donde trabaja como consultor de marca, estrategia y dirección creativa. Dirige Nadie. The creative think tank, consultora que fundó en el año 2004. Entre los años 1990 y 1995 participó en varias exposiciones individuales y colectivas de escultura, en Madrid y Mallorca. Quico es un activista de la comunicación, en la que ha estado del lado del cliente, de la agencia y de la cultura.
Fui Yo es, dice Quico, "algo parecido a una actualización de ese 'yo' que empezó a dibujar sus páginas y a ejercer de escultor a tiempo parcial, en los días en que empezaba a trabajar como creativo publicitario". Sacados de sus cuadernos de dibujo entre 1990 y 2000, se trata de apuntes gráficos viscerales –pintura, plumilla, recortes, fotografías ajenas– que mezcla y superpone. No hay explicación ni afán de ser entendido, cada pieza es tal cual se muestra. Al final se trata de un ejercicio íntimo que, puesto al descubierto, cobra en el conjunto un significado: El que cada uno quiera darle. Y el del autor, que lo toma como la costura que trata de cerrar la brecha entre el que dibujó y el que dejó de hacerlo. Y que ahora, vuelve a dibujar.


Fui yo. Quico Vidal
Ed. La Fábrica. 160 páginas
14,8x21cm. Español Inglés


miércoles, 17 de julio de 2013


Siguiendo el modelo de Escondite/La isla del diablo de Alexis Nolla, Apa Apa acaba de publicar un nuevo cómic doble, pero esta vez son dos los autores implicados: Sergi Puyol e Irkus M. Zeberio.
Ambos comparten generación y rasgos de estilo: son dibujantes que rompen con los cánones naturalistas y se introducen en la vanguardia más radical, en la línea de muchos de los autores que publica la editorial Nobrow —de hecho Zeberio ha publicado con ella—, o de Olivier Schrauwen, por ejemplo. Ambos ponen un cuidado especial en las tipografías manuales, y el uso del color también es muy audaz, limitando las paletas de colores a tres o cuatro tonos cada uno. Por eso, y también por la cuidada edición de Apa Apa, Dictadores es un cómic que, como objeto, es tremendamente atractivo; es, como los Jaimitos de ¡Caramba!, una forma de reivindicar el formato de cuaderno grapado en otro contexto, libre de nostalgia y completamente actual.
Sergi Puyol dibuja Francisco, una historia en la que desubica a Francisco Franco y lo sitúa en un ambiente indefinido, de ciencia ficción, en el que debe hacer frente a una invasión alienígena con tan solo un proyector holográfico, un fusil viejo y doce soldados como ayuda. Por supuesto, la historia no tiene ni pies ni cabeza ni lo pretende, aunque puede seguirse sin dificultad. El dibujo de Puyol, lleno de líneas rectas y espacios geométricos, recrea un mundo frío e indefinido en el que Franco está tan perdido como cabría suponer.
Por su parte, Irkus M. Zeberio manda a Leopoldo II, rey de los belgas, a una imposible misión al corazón de África. Aunque el rey sí está en su época, al contrario que Francisco, la sensación de extrañamiento es muy similar a la que hay en la historia de Puyol. La jungla de Zeberio es un lugar alucinado pintado de rojo y amarillo y poblado de figuras que son masas de color sin líneas que las delimite. Se nota que en cada página ha querido hacer algo diferente, exprimiendo al límite el espacio con el que cuenta. La trama es más críptica que la de Francisco, y, aunque hay una historia, es un cómic sensorial antes que narrativo, o así lo he interpretado yo.
Como en el tebeo de Nolla, éste debe girarse para leer las dos historias, que se fusionan en el centro del cuadernillo de un modo original y brillante. Es una muestra perfecta, en definitiva, de lo que se está cociendo ahora mismo en el cómic español, en la penúltima generación de autores, para los que la libertad creativa no es una conquista, sino una condición de partida irrenunciable.
Por su parte, Irkus M. Zeberio manda a Leopoldo II, rey de los belgas, a una imposible misión al corazón de África. Aunque el rey sí está en su época, al contrario que Francisco, la sensación de extrañamiento es muy similar a la que hay en la historia de Puyol. La jungla de Zeberio es un lugar alucinado pintado de rojo y amarillo y poblado de figuras que son masas de color sin líneas que las delimite. Se nota que en cada página ha querido hacer algo diferente, exprimiendo al límite el espacio con el que cuenta. La trama es más críptica que la de Francisco, y, aunque hay una historia, es un cómic sensorial antes que narrativo, o así lo he interpretado yo.
Como en el tebeo de Nolla, éste debe girarse para leer las dos historias, que se fusionan en el centro del cuadernillo de un modo original y brillante. Es una muestra perfecta, en definitiva, de lo que se está cociendo ahora mismo en el cómic español, en la penúltima generación de autores, para los que la libertad creativa no es una conquista, sino una condición de partida irrenunciable. (Reseña: Gerardo Vilches / entrecomics.com)


Dictadores: Francisco y Leopoldo
Sergi Puyol e Irkus M. Zaberio
Ed. APA-APA. 36 páginas. 16x22cm
Español


miércoles, 10 de julio de 2013


La colección Sopa de Libros de Anaya mantiene un diseño caduco y férreo al que sigue siendo imposible acostumbrarnos. Un diseño más propio de manuales de autoayuda o libros fáciles de márqueting –sí, esos que leen los ejecutivos que no leen–, pero alejado de la literatura infantil y juvenil que sus libros albergan. Un diseño que acaso funcione en los estantes de las librerías y las mesas de novedades, pero que envejecerá mal, como sucede tantas veces, en las casas de los lectores.
Este poemario consta de treinta poemas de Cecilia Pisos en forma de coplas –cuartetas de versos octosílabos– que juegan con la fantasía y el imaginario infantil para describir o reflexionar sobre cosas tan cotidianas como un reloj o un espejo; sobre elementos de la niñez, como un yoyó, un avión de papel o personajes de cuento; o sobre animales tan diferentes como una mariposa, un cuervo o una rana. Hasta aquí, las páginas pares.
Las impares las ocupan las ilustraciones de Juan Vidaurre. Herederas de sus collages objetuales, esta vez prima la sencillez del trazo y la mancha, y sólo en alguna ocasión interviene alguna fotografías recortada. Sin estridencia, los dibujos dialogan con los poemas suavemente, sin importunarse. Tanto, que la lectura por separado de pares e impares, textos e ilustraciones, es perfectamente válida. Helicópteros que son cucharas, códigos de barras que se trocan peines, interrogaciones como colas de lagartijas... Como otras veces vimos en sus libros anteriores, el autor traslada al lenguaje sin palabras los recursos literarios de siempre: calambures, aliteraciones, metonimias, hipérboles, etc.


Soplacoplas. Cecilia Pisos y Juan Vidaurre
Ed. Anaya. 80 páginas. 13,2x20cm. Español

miércoles, 3 de julio de 2013


John Alcorn (1935-1992) fue un célebre diseñador gráfico e ilustrador norteamericano. En sus inicios trabajó para Esquire, CBS y fue uno de los miembros fundadores de Push Pin Studios junto con Milton Glaser y Seymour Chwast. Diseñador de un buen número de portadas de libros, también ilustró y diseño diversos libros infantiles y fue el diseñador de los carteles y de los títulos de crédito de algunas de las películas de Federico Fellini. 
En 1962, junto a Murray McCainse se planteó cómo contarle a un niño lo que es un libro. Y lo hicieron, precisamente con este libro. Hoy está considerada una de las obras más preciadas en la historia del libro ilustrado infantil.
A través de un rítmico juego textual y visual de preguntas, respuestas, aseveraciones y exclamaciones, Alcorn y McCain proponen al lector el pequeño lector su respuesta: que el libro es objeto, industria, texto, lenguaje, conocimiento, emoción, aprendizaje, diversión, tipografía, lectura, imagen, diseño, edición y, en definitiva, una ventana abierta a todo.
Pero además, este pequeño volumen que GGili reedita ahora en castellano y catalán, es un referente entre los editores de libros infantiles. Impreso a tres tintas, azul oscuro, rosa fluorescente y amarillo (estos dos últimos, superpuestos, actuan como cuarto color, un rabioso naranja), es un exquisito juego de tipografías e ilustraciones, que se mantiene intacto con respecto al original. Un trabajo, el de la adaptación gráfica a nuestro idioma, exquisito al punto de que merecería saberse a quién es debido. Entretanto, conformémonos con agradecérselo a María Serrano, su editora.
En 1962 la versión original les valió a los autores el reconocimiento del American Institute of Graphic Arts (AIGA) como uno de los 50 mejores libros del año. TAmbién entonces fue premiado como mejor libro infantil del año por el New York Times.

¡Libros!
Murray McCain y John Alcorn
Ed. Gustavo Gili. 48 páginas. 12x17,8cm
Español