jueves, 15 de julio de 2010

Nueva entrega de las pequeñeces de Lewis Trondheim que, como bien afirma en su contraportada, es “un libro con muchas cosas y no muy grandes”. Un centenar de páginas en las que se recogen anécdotas de viaje por parajes exóticos, vivencias de la vida en pareja, paradojas del día a día, charlas intrascendentes entre amigos y extrañas reflexiones como aquellas sobre en qué lugares de una habitación de hotel hay más gérmenes. En definitiva, una colección de las preocupaciones cotidianas de este ilustrador francés, fundador de la prestigiosa l’Association y presidente del festival de Angoulême. “La felicidad inquieta” es un divertido tebeo muy bien dibujado, que destaca por su acabado en acuarela y que nos demuestra que en el mundo de la historieta no todo tiene que ser novelas gráficas o proyectos ambiciosos. También hay sitio para productos sencillos, frescos y que analicen el mundo en que vivimos con menos solemnidad y más sentido del humor. Una fórmula que tal vez sea menos comercial a la hora de dignificar, poner en valor al cómic y llamar la atención de los medios sobre él, pero más efectiva a largo plazo, pues consigue aquello que le falta al tebeo en nuestro país y que no es otra cosa que lectores

La felicidad inquieta. Lewis Trondheim.
Sins entido. 128 páginas. Castellano