viernes, 23 de mayo de 2014


La aproximación al arte y a la cultura, eso que llamamos turismo cultural, se rige por una oferta estructurada en base a criterios que poco tienen que ver con el conocimiento y bastante más con los intereses económicos de las ciudades y su posicionamiento como destino. Y de eso trata este libro, es casi un manual de viajero, o cómo escapar a la percepción sesgada que habitualmente se nos ofrece.
El turismo, uno de los fenómenos más característicos en la construcción de la contemporaneidad –y hasta de la modernidad—, se ha convertido en un fenómeno esencial para nuestro tiempo. Sin embargo, lo más interesante del turismo ha sido la manera en la que esa nueva puesta en escena masiva de los últimos años, propiciada por la democratización del viaje, ha cambiado el modo mismo de representar la cultura. Paisajes contaminados, museos llenos, monumentos iluminados, productos y hasta personajes típicos..., Todo se organiza para no defraudar las expectativas del que llega. Pero el turismo, desde sus inicios un territorio visual por excelencia, es sobre todo cierta estrategia para modificar nuestra noción del mundo: llegamos hasta un sitio con el deseo de ver con nuestros propios ojos lo que anunciaba el folleto, el programa televisivo, el periódico... Y es aquí donde aparecen las primeras contradicciones entre ver y mirar, ya que viajar no es garantía de nada. Nunca hemos viajado tanto y, pese a todo, seguimos siendo incapaces de entender al otro hasta las extremas consecuencias de aceptarlo.


Rincones de postales. Estrella de Diego
Ed. Cátedra. 12,5x17,8 cm.. 224 páginas. Castellano