viernes, 15 de marzo de 2013


Antes de dedicarse por completo a la literatura, Georges Perec era archivero. Tal vez esa obligación por siglar, clasificar y guardar cosas hizo que, en  octubre de 1974, Perec decidiera verter en un libro todo lo que acontecía en la plaza Saint-Sulpice de París.
Durante tres días, el escritor anotó los más mínimos detalles sobre la gente que pasaba, los vehículos que circulaban, el cambiar de las nubes, los movimientos del sol, los fenómenos atmosféricos, el volar de los pájaros... Detalles cotidianos que, si los analizamos en conjunto, tienen la apariencia de la más absoluta nada pero que son los que conforman nuestra vida cada día.
Esas observaciones dieron lugar a “Tentativa de agotamiento de un lugar parisino”, libro publicado ahora por Gustavo Gili, que sigue el camino emprendido por otros artistas en su afán por describir el paso del tiempo y los cambios experimentados por aquellas cosas que parecen inmutables como Andy Warhol y su cinta “Empire” o los cuadros de Monet sobre la catedral de Ruán.
Un libro que debe ser leído atendiendo al momento histórico en el que surge y en el que la arquitectura y el urbanismo eran objeto de diferentes debates, como los emprendidos por los internacional situacionistas para mejorar la calidad de vida de las ciudades, a través de métodos de análisis y obtención de datos como las “derivas”.

Tentativa de agotamiento de un lugar parisino. Georges Perec
Gustavo Gili. 64 páginas. Castellano