domingo, 10 de junio de 2007


Hay libros para niños, hay libros para niños adultos, hay libros para adultos y para niños, que no quiere decir que sean imbéciles. Es el caso. Este libro es una metáfora exquisita con dos niveles de lectura, el de los niños y el de los que ya no lo son. Conviven perfectamente en la narración de Grassa Toro, y en las ilustraciones escultóricas de Pep Carrió. El lenguaje poético de los objetos y los materiales (que es el de Peret, y el de Isidro Ferrer y el de algún otro más) se descubre aquí con un elemento nuevo, el de los colores luminosos. Esos dioramas de madera que estos días pueden verse expuestos en el Espacio Sinsentido, trasladan el lenguaje ilustrativo al de los juguetes de antaño.
Lo de menos es que haya en la historia del libro una historia real que le da más sentido, que quienes están cerca saben de los hechos y de los personajes, más allá, es la historia de cientos de padres adoptados y de sus hijos.
Algunos libros son tanto creación como producción. Los naranjas son lo más difícil, y en este libro las reproducciones son sorprendentes, los colores parecen imposibles en un libro. Detrás están Cromotex y Brizzolis, queda claro: no es lo mismo imprimir que imprimir.

Una niña.
Textos de Grassa Toro e Ilustraciones de Pep Carrió. Ed. Sins entido. 40 paginas. Idioma: Castellano.