Antes de dedicarse por
completo a la literatura, Georges Perec era archivero. Tal vez esa obligación
por siglar, clasificar y guardar cosas hizo que, en octubre de 1974, Perec decidiera verter en un libro todo lo
que acontecía en la plaza Saint-Sulpice de París.
Durante tres días, el
escritor anotó los más mínimos detalles sobre la gente que pasaba, los
vehículos que circulaban, el cambiar de las nubes, los movimientos del sol, los
fenómenos atmosféricos, el volar de los pájaros... Detalles cotidianos que, si
los analizamos en conjunto, tienen la apariencia de la más absoluta nada pero
que son los que conforman nuestra vida cada día.
Esas observaciones dieron
lugar a “Tentativa de agotamiento de un lugar parisino”, libro publicado ahora
por Gustavo Gili, que sigue el camino emprendido por otros artistas en su afán
por describir el paso del tiempo y los cambios experimentados por aquellas
cosas que parecen inmutables como Andy Warhol y su cinta “Empire” o los cuadros
de Monet sobre la catedral de Ruán.
Un libro que debe ser
leído atendiendo al momento histórico en el que surge y en el que la
arquitectura y el urbanismo eran objeto de diferentes debates, como los
emprendidos por los internacional situacionistas para mejorar la calidad de
vida de las ciudades, a través de métodos de análisis y obtención de datos como
las “derivas”.
Tentativa de agotamiento de un lugar parisino. Georges Perec
Gustavo Gili. 64 páginas. Castellano