Suele afirmarse que los catálogos de las pequeñas editoriales acostumbran a ser más selectos que las de sus competidoras, pues su preocupación es la de localizar aquellas obras literarias desconocidas, minoritarias o menos comerciales, al menos para los balances de resultados de las grades compañías. Una actitud que no siempre es cierta, como demuestra la línea de publicaciones emprendida hace ya unos años por 451 editores, sello perteneciente a Edelvives, cuyos criterios de edición responden a la búsqueda de productos de calidad independientemente de su repercusión mediática y que, de no ser por ellos, no serían publicados en nuestro país.
Este es el caso de Tom Drury, elegido uno de los mejores escritores jóvenes por la revista Granta en 1996 pero prácticamente desconocido para el público español si no fuera porque 451 publicó “La región inmóvil”, novela a la que se suma ahora “The end of vandalism”, traducida al castellano como “En el condado de Grouse”.
Comparado por algunos críticos con los hermanos Coen, Drury retrata en esta novela la vida en Grouse, un condado imaginario situado en el Medio Oeste norteamericano del que incluso incluye un mapa para que el lector se ubique, en el que habitan los más variopintos personajes con unas vidas igual de peculiares.
En el condado de Grouse. Tom Drury
451 editores. 392 páginas. Castellano