viernes, 12 de agosto de 2011

Como cada año, el FAD publica su memoria a actividades. En esta ocasión se trata de un grueso volumen diseñado por David Torrents y Silvia Mínguez en el que, además de repasar lo hecho por esta asociación a lo largo del 2010, se proponen ciertas cuestiones relacionadas con la profesión de diseñador como “¿Diseñar es la mejor manera de prever el futuro?”, “¿Podemos cambiar el presente?”, “¿Cuál es nuestro sitio?”, “¿Debemos diseñar para la gente? ¿O con la gente?”. 
Aprovechando que estamos con preguntas, nosotros planteamos las siguientes: “¿Por qué este año el libro del FAD solo tiene un volumen”, “¿Por qué a la hora de elegir cuál de los dos se eliminaba, se ha decidido eliminar aquél que muestra los trabajos de los socios y mantener el que sirve de tarjeta de visita de la asociación ante las instituciones públicas y las empresas?”.
En ocasiones, las asociaciones se olvidan de que son sus socios los que las dotan de sentido y de fuerza. Las relaciones, acuerdos y prebendas procedentes de empresas, instituciones o gobiernos solo son posibles en la medida de que aquellos hacen que sean entes con representatividad y capacidad para negociar en nombre del colectivo.
Por ello, y aunque a la gente que subvenciona este tipo de organizaciones les encanta ver en qué se ha  gastado su dinero, a los socios, que suelen disfrutar de una situación económica menos desahogada que la de esas empresas, tampoco les viene mal poder mostrar al mundo qué es lo que hacen.
Tal vez la solución sea que un año se publique el libro de socios y otro la memoria o incluso, que ésta última, dado que no es más que un trámite, se publique en pdf. Además de los socios, lo agradecerá el medio ambiente.

Les preguntes són més importants que les respostes? 
Varios autores. FAD. 698 páginas 
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