martes, 2 de agosto de 2011

En una sociedad predominantemente visual como la que habitamos, pocos dudan de que la imagen se ha convertido en un lenguaje en sí mismo.
Si en el pasado la importancia de los hermeneutas se basaba en su talento y capacidad para desentrañar los significados de las Escrituras o cualquier otro texto, en la actualidad el verdadero poder recae en aquél que es capaz de interpretar los cientos de signos visuales a los que estamos expuestos cada día.
Sin embargo, y a pesar de su trascendencia, pocos han sido los que se han atrevido a abordar el tema en un tratado exhaustivo que plasme la complejidad del signo visual desde otras culturas que no sea únicamente la occidental.
El Groupe m asumió este reto de analizar el signo visual y lo hizo desde un punto de vista amplio que, no solo evitaba el etnocentrismo, sino que abarcaba diferentes disciplinas como la semiótica, la psicología, la retórica y la geometría. Sus conclusiones, redactadas en forma de tratado en 1993, vuelven a estar a disposición del público casi veinte años después de su primera aparición gracias a Cátedra y su colección Signo e imagen.
A pesar de lo atractivo e interesante del tema, “Tratado del signo visual” no es un texto amable y, si bien aporta respuestas a las cuestiones relativas a este tema, lo cierto es que el lector se las tendrá que ganar a pulso, poniendo de sí atención, esfuerzo y conocimientos aunque, por otra parte, nadie dijo que esto del saber era sencillo o se obtenía por gracia divina.

Tratado del signo visual. Groupe m
Cátedra. 448 páginas. Castellano