Si en el pasado la importancia de los hermeneutas se basaba en su talento y capacidad para desentrañar los significados de las Escrituras o cualquier otro texto, en la actualidad el verdadero poder recae en aquél que es capaz de interpretar los cientos de signos visuales a los que estamos expuestos cada día.
Sin embargo, y a pesar de su trascendencia, pocos han sido los que se han atrevido a abordar el tema en un tratado exhaustivo que plasme la complejidad del signo visual desde otras culturas que no sea únicamente la occidental.
El Groupe m asumió este reto de analizar el signo visual y lo hizo desde un punto de vista amplio que, no solo evitaba el etnocentrismo, sino que abarcaba diferentes disciplinas como la semiótica, la psicología, la retórica y la geometría. Sus conclusiones, redactadas en forma de tratado en 1993, vuelven a estar a disposición del público casi veinte años después de su primera aparición gracias a Cátedra y su colección Signo e imagen.
A pesar de lo atractivo e interesante del tema, “Tratado del signo visual” no es un texto amable y, si bien aporta respuestas a las cuestiones relativas a este tema, lo cierto es que el lector se las tendrá que ganar a pulso, poniendo de sí atención, esfuerzo y conocimientos aunque, por otra parte, nadie dijo que esto del saber era sencillo o se obtenía por gracia divina.
Tratado del signo visual. Groupe m
Cátedra. 448 páginas. Castellano