Tonohau es una pequeña
localidad nipona a la que va a parar Daniel Wells, un joven estadounidense que
llega a Japón para trabajar como profesor auxiliar de inglés.
A partir de ese hecho,
Lars Martinson desarrolla una historia sobre las diferencias culturales, las
relaciones humanas, el amor y la soledad en el que abundan los momentos cómicos
y alguna que otra escena, si no dramática, si un tanto triste.
Si bien Martinson no es un
virtuoso del dibujo, demostrando un mayor talento para los ambientes y
escenarios que para el diseño de personajes, su forma de trabajar es eficaz y
permite mantener el interés a pesar de las más de doscientas páginas de cuenta
el libro.
Lo único que llama la
atención es lo extraño que resulta que un dibujo con tanta textura y trazo
manual esté acompañado de bocadillos rotulados con tipografía mecánica. Un
detalle aparentemente mínimo, pero que en ocasiones contrasta en exceso con el
conjunto de la página. En todo caso, dicha decisión corresponde al propio autor
y, como tal, habrá que tenerla como buena, al menos en lo que respecta a cómo
concibió estéticamente el acabado de la obra.
Tonoharu. Lars Martinson
Sins Entido. 268 páginas. Castellano