sábado, 9 de junio de 2007


Para una sociedad opulenta como la nuestra, la alimentación hace tiempo que ha dejado de ser una necesidad vital básica para convertirse en un hecho cultural que tiene más que ver con el acto social hasta que con la supervivencia. Actualmente, el envoltorio, la presentación y el ritual pesan más que el acto alimenticio hasta el punto de hacer más real que nunca aquello de que “se come por los ojos”.
Sabedores de ello, los responsables de la editorial Gustavo Gili han publicado en España A la carta que, como indica su subtítulo, es un volumen sobre el “diseño gráfico para restaurantes” en el que se hace un repaso a las tarjetas de visita, las cartas, los posavasos, y las decoraciones de interiores –especialmente aquellas resueltas con aplicaciones tipográficas– de restaurantes de diferentes partes del mundo.
Un libro imprescindible para conocer las nuevas propuestas visuales en el campo de la gastronomía que, al mismo tiempo pone de manifiesto tal vez sin pretenderlo, lo efímero de muchas de ellas a consecuencia de la necesidad de los diseñadores por sorprender e innovar a toda costa, creando interiores impersonales, fríos, distantes, en lugar de inventar lugares acogedores, donde demorarse, pasar un rato agradable y disfrutar sin prisas de las comidas. Una pega en último término que muy posiblemente no sea de los diseñadores sino de ese concepto que los españoles tenemos de la comida, la sobremesa y las relaciones de amistad, menos comunes en otras partes del mundo.

A la carta. Diseño gráfico para restaurantes. Grant Gibson. Editorial: Gustavo Pili. 176 Páginas. Idioma: Español