miércoles, 16 de enero de 2008
A Juli Capella le conocemos los diseñadores y los arquitectos sobradamente. Le hemos tenido como referente cuando siendo jovencísimo dirigió las primeras revistas de diseño en este país. Su personalidad amable, su ingenio mordaz, su inteligencia rápida y su conversación, sobretodo su conversación, hacen de él un imprescindible. Además es mediático, lo que le lleva a saltar por encima del ámbito endogámico profesional para ser eso que llaman "personaje público", ya sea como habitual columnista en el Periódico de Catalunya, o como opinante televisivo. Es un gestor eficacísimo, que la política catalana se deja escapar porque su nacionalismo es inteligente, o sea que no lo es tanto, y la estatal también supongo que porque él así lo quiere. Pero si alguien me preguntara a quién pondría como gestor político, Juli sería siempre mi favorito.
Pero hay otro Juli Capella, el arquitecto, que forma estudio con Miquel García. Y a ellos, a su trabajo, los teníamos menos definidos. Así, este libro que recoge su trabajo de los últimos quince años es un ejercicio de puesta escena, que nos descubre la solidez y la versatilidad de su trayectoria. 25 obras y proyectos se presentan ampliamente documentados con las excelentes fotografías de Rafael Vargas: edificios de oficinas, hoteles, centros de ocio, auditorios, viviendas... y sin embargo, lo mejor está en los textos. Porque este no es un libro de arquitectura ni para arquitectos, sino que trata de la relación de los edificios y las personas. No se habla del cómo se han hecho sino del porqué se han hecho. Con una constante, que aunque subyacente, es casi obsesiva: la arquitectura que mejora la calidad de vida, el bienestar, la felicidad de las personas.
Rastro. Capella García Arquitectura. 240 páginas. Español -inglés.