viernes, 5 de febrero de 2016


Desde la publicación de Al otro lado en 1981, Maurice Sendak no creó ningún otro libro enteramente propio hasta 2011, cuando presentó Chancho-Pancho, que sería su última obra en vida. Durante esos 30 años se dedicó a ilustrar textos de otros autores –desde los Grimm hasta Ruth Krauss, pasando por Herman Melville, uno de sus preferidos– y a diseñar escenografías para espectáculos de ópera y danza. Chancho-Pancho es otro de sus álbumes irreverentes o salvajes, como los califica la investigadora Mónica Klibanski. De las ilustraciones resalta su colorido, su estilo grotesco, con personajes caricaturizados, excesivos en su expresividad. Al igual que en Donde viven los monstruos, a mayor ritmo e intensidad de la historia, mayor es el espacio que ocupan las imágenes, hasta saturar las páginas en el clímax del jolgorio. Los bocadillos con diálogos, los carteles y las banderas con mensajes desenfadados, son recursos que Sendak toma del cómic, además de los juegos tipográficos, formando en conjunto un álbum de enorme riqueza visual y lingüística; una sátira protagonizada por cerdos personificados asumiendo distintos roles, en una apuesta más del autor por criticar la sobreprotección de la infancia.


Chancho - Pancho. Maurice Sendak
Ed. Kalandraka. 28x21,5 cm.
40 páginas. Varios idiomas