viernes, 21 de marzo de 2014


Han pasado 25 años desde que el D&AD eliminó el término british de su enunciado. Y hoy es sin duda la gran referencia en lo que al estado de la comunicación se refiere, en el ámbito internacional. Que sea Taschen quien corre con la edición garantiza además una difusión más allá del endogámico circuito de los libros para creativos... 
Los certámenes de diseño o publicidad son una fiesta, una explosión de ombliguismo glamuroso, una feria de vanidades... Más allá de los réditos inmediatos para quienes los organizan y para los ganadores, lo que realmente interesa es su caracter de documentación para el futuro, su valor histórico si se nos permite hablar en esos términos. Y ese valor reside en el libro que los recoge. No está claro que las alternativas digitales cumplan esa misión: Los libros pasan por los departamentos de las empresas, duermen en las bibliotecas... No creamos que una app cumple esa función. El D&AD se está quedando solo en esa labor, después de que el ADCE le dejara ese terreno libre, así como la mayoría de premios locales. 
El D&AD de este año ha sido diseñado por Fleur Isbell –diseñador en Wolf Ollins Londres–. 
Junto a un minimalismo tipográfico muy al uso en este tipo de publicaciones, la ilustración de portada remite en cierta medida a la obra de Mark Rothko, aunque de hecho se basa en los datos de cada una de las 196 naciones del mundo: las líneas horizontales son determinadas por la latitud, y los colores por los datos meteorológicos, de manera que cada uno podría crear su propio horizonte mundial a partir de su ubicación.


D&AD 2013
Ed. Taschen. 24x26 cm. 592 páginas. Inglés, Alemán y Francés